La matrícula escolar de Ayotzinapa es de 535 alumnos, son algunos “privilegiados” que a diferencia de los 107 mil 672 niños de cinco a 14 años de edad en el estado, sí asisten a la escuela. Esta escuela rural es una sobreviviente, en el país ya sólo quedan 16, cuado Lucio Cabañas egresó de allí, había 28.
Como muestra de sus intenciones antes señaladas, el gobernador desalojó el 14 de noviembre de las instalaciones del Congreso del Estado, a estos estudiantes, desde entonces y por esto, el problema se ha agravado. Como lo exigen los estudiantes, no se ha implementado una mesa de diálogo entre ellos y las autoridades, sus demandas han sido atendidas con declaraciones que indican la falta de entendimiento del problema, como una que hiciera el secretario de educación de Guerrero, José Luis González de
No hay que ir lejos en el tiempo para recordar como inició el conflicto oaxaqueño a finales de 2005, que mantuvo una preocupante vigencia hasta 2006 y ahora vuelve a estar presente con una organización digna de atenderse. Las similitudes son varias, Oaxaca como Guerrero, son junto con Chiapas, los tres estados más rezagados del país, en donde las condiciones de pobreza, contrarias a su riqueza natural, son la constante, son el común denominador en la población. Ahora como en 2005 en Oaxaca, se ha originado un conflicto que en el fondo es magisterial, con la atenuante de la participación estudiantil que aspira a ese grado, y como en aquel estado, no han faltado, ni faltaran organizaciones que vean en este problema, un medio para buscar con su solidarización con él, que también se vean resueltos sus problemas, o por lo menos manifestar su inconformidad.
El caldo de cultivo para un conflicto de dimensiones mayores esta dado, la amenaza del Ejército Popular Revolucionario de sumarse con sus métodos a las demandas es preocupante y más si se trata de atender un conflicto ocurrido en el estado donde nació como organización. Si se atiende desde ahora, política y económicamente puede ser fácil de resolver, si sigue creciendo, también crecen las demandas, en los dos órdenes, y la capacidad de solución se antojará difícil.
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